El hecho de que en la intersección de las calles 9 de Julio y Juncal -en la cual hay vías que posibilitan el paso de los trenes- se utilicen solamente las denominadas "cruces de San Andrés" para que los automovilistas sepan que es posible que se encuentren con una formación ferroviaria entrando a la ciudad o saliendo de ella no resulta suficiente para garantizar que no puedan ocurrir graves accidentes.
La falta de barreras y de señales lumínicas constituye una carencia que, para evitar hechos desgraciados, debería remediarse cuanto antes. Más allá de que unos cuantos metros antes de esa esquina los maquinistas hacen sonar la bocina para advertir la presencia del tren, no se puede descartar la posibilidad de que los conductores no la oigan como consecuencia de estar escuchando alguna radio y/o CD a un volumen que lo impida, de mantener una conversación con otros pasajeros del vehículo que ocupan o bien de sufrir alguna dificultad auditiva.
A ello hay que sumar el hecho de que, a esa altura del recorrido, no se advierte la presencia de banderilleros haciendo señales para alertar sobre la proximidad de un convoy. Mayor riesgo La situación más peligrosa la viven quienes transitan por Juncal rumbo al sur ya que existe un paredón que, aunque se mire a la derecha, hasta último momento no permite ver si está próxima alguna formación ferroviaria. El impedimento se agrava aún más cuando hay estacionado algún vehículo de gran porte que agudiza la imposibilidad de advertir la cercanía de un tren.
Los automovilistas que circulan rumbo al este por 9 de Julio tienen también dificultades para advertir la presencia de las formaciones ferroviarias, especialmente de aquéllas que están llegando a Mar del Plata. A los convoyes que abandonan la ciudad, en cambio, a raíz de un descampado que existe en el lugar y con el que los automovilistas se encuentran de frente, es más fácil verlos. Entre Santa Cruz y Beruti, la calle México está abandonada En materia de higiene y urbanismo, la calle México, en el tramo comprendido entre Santa Cruz y Beruti -jurisdicción del barrio Villa Primera- deja mucho que desear. Por lo que puede advertirse, a los carteles que indican que está prohibido arrojar residuos no se los respeta para nada, razón por la cual hay lotes -algunos en venta- en los que existe una importante cantidad de basura acumulada, lo cual, con las consecuencias que ello conlleva para el vecindario, favorece la proliferación de roedores. A esto hay que sumar la presencia de vehículos totalmente destruidos que posiblemente hayan sido sido robados y luego incendiados.
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