Del fenomenal crecimiento que tuvo el ferrocarril en Bahía Blanca y su región, quedan hoy, en esta ciudad y su partido, valiosos testimonios de patrimonio industrial, destacables tanto por la envergadura como por la calidad de sus expresiones.
Se trata de un conjunto de construcciones, equipamientos e instalaciones directamente emparentados con la arquitectura ferroviaria de ascendencia inglesa en nuestro país. Un patrimonio de excepción, al que debe sumarse el magnífico stock de construcciones portuarias, con sus silos, elevadores y depósitos, claros testimonios del desarrollo alcanzado por el enclave portuario bahiense a principios de siglo XX, cuando ferrocarriles y puertos estructuraban el nuevo modelo de país.
Teniendo en cuenta los valores y la significación de estas expresiones, la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, a partir de una presentación efectuada por el municipio de Bahía Blanca, procedió a la declaratoria de un conjunto de bienes que, por sus atributos testimoniales, arquitectónicos y paisajístico ambientales, deben ser salvaguardados y protegidos, por pertenecer al patrimonio cultural de la Nación.
Tales bienes, fruto tanto de la acción del F.C. del Sud (el primero que se habilitó, el 7 de mayo de 1884) como por las restantes empresas ferroviarias (F.C. Bahía Blanca y Noroeste, 1888; F.C. de Buenos Aires al Pacífico, 1904; F.C. de Rosario a Puerto Belgrano, 1910; F.C. G. Roca, desde 1948), aglutinan una serie de construcciones ferroviarias y portuarias que representan un claro ejemplo de la decisiva influencia que tuvo el fenómeno ferroviario en la evolución de la urbe bahiense, de su partido, y, de manera especial, como factor fundamental de la consolidación territorial y la integración económica de vastas regiones del sur del país.
Dentro de las expresiones que hoy conforman el rico patrimonio ferroviario bahiense, se destaca el complejo de talleres, almacenes y depósitos construido hacia 1891 por el F.C. de Bahía Blanca y Noroeste, y, dentro de ellos, el conocido como Mercado Victoria, un conjunto que llegó a totalizar (merced a sucesivas ampliaciones) más de 35.000 m2. Este centro de acopio de frutos, lanas, cereales y cueros estaba servido por veinte desvíos ferroviarios con capacidad para 600 vagones.
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