Discurso en homenaje a José I. Rucci pronunciado en la C.G.T en septiembre de 2004
Compañeras y Compañeros :
Si la emoción me lo permite deseo compartir mis impresiones sobre alguien muy especial. Alguien que se brindó entero por una misión y abrazo la causa nacional hasta la muerte. José Ignacio Rucci, y a él me refiero, fue un ejemplo cabal de militancia obrera, compromiso social y lealtad a la Patria, al Movimiento y al General Perón. Porque si hay una palabra que lo defina y sea su nota distintiva es el concepto de Lealtad. Lealtad como responsable hombre de familia y forjador de sus destino a fuerza de trabajo y sacrificio. Lealtad en toda su actividad gremial en la UOM, con su estilo directo y frontal para defender los legítimos derechos de los trabajadores en una época marcada por la resistencia peronista y su lucha ante los militares y civiles que usurparon el poder desde 1955. Lealtad como hombre del Movimiento Sindical que con su acción aborta divisiones y desviaciones e impone una férrea unidad ideológica en torno al Peronismo. Lealtad al encolumnar a la CGT como integrante del Pacto Social junto a la CGE y al Estado para sostener la gobernabilidad en Argentina. Lealtad a quien reconocía como su jefe, el General Juan Perón, para lo cual encuadra a la CGT en su proyecto de recuperación y liberación nacional y donde el compañero se comportaba como el más fiel “soldado de Perón”. Lealtad a una causa, que es la causa del Pueblo, que es la causa nacional donde la Patria sería la unidad de destino para todos dentro de una Comunidad Organizada. Y esa lealtad lo llevo a enfrentarse a quienes buscaban la destrucción del Proyecto Nacional encarnado por Perón y la CGT, aquellos que deseaban ver postrada a la Argentina en la anarquía. Como dijo Rucci: “no nos preocupan los ataques, porque así como es importante vencer al enemigo, también es importante conocer al enemigo, y felizmente la CGT conoce a sus enemigos”. Rucci los enfrento y eso siempre se paga caro, se paga con la difamación, las calumnias y el abandono. El lo pagó con su vida a sólo 2 días del triunfo arrollador de Perón quien era elegido Presidente por tercera vez. Triunfo debido a la lucha de la Resistencia y al apoyo decidido de la CGT y de su Secretario General quien no sólo sostuvo el paraguas de Perón en su primer retorno sino que fue es sostén ideológico y moral de todo el accionar de Perón en Argentina, al punto de ser considerado por él como el relevo de conducción natural luego de la desaparición del Líder. Por eso no fue casual su asesinato. Por eso no es casual que aún hoy, a más de 31 años existan voces que sostengan en reuniones partidarias del PJ o en sus bancas de diputados que reivindicar a Rucci es reaccionario y retrógrado. Quizás sean las mismas voces que alentaron su ejecución y que se alegraron con su martirio y quebrar la obra de Perón en Argentina, donde la derecha y la izquierda ejecutaron su plan de destrucción que aún hoy padecemos. Hay que aprender las lecciones de la batalla perdida, pues aún los jóvenes tenemos muchos combates que librar para ganar la guerra. El primer paso es recuperar a nuestros héroes y mártires como estandartes de victoria. José Ignacio Rucci es un ejemplo de conducta, de militancia, y de lealtad. Es hoy el ejemplo más revolucionario de quien ofrenda su vida en defensa de los trabajadores y de su Movimiento por algo superior. Por último frente a voces del pasado que buscan enlodar su memoria los jóvenes trabajadores lo reivindicamos como ejemplo de lealtad y antorcha doctrinaria que ilumina nuestro camino nacionalrevolucionario en la senda que Perón y Evita nos marcaron a fuego en nuestros corazones. Compañero José Ignacio Rucci, Presente. Gracias.
Pablo Vázquez
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