LLAMAN A INDAGATORIA A SCHIAVI, JAIME Y CIRIGLIANO POR LA TRAGEDIA DE ONCE

El juez federal Claudio Bonadio citó a indagatoria a varios funcionarios y ex funcionarios del área del Transporte del kirchnerismo por el choque del tren contra la estación de Once del 22 de febrero pasado en que se produjo un saldo de 51 muertos y 700 heridos. Claudio Cirigliano, uno de los dueños de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) que explota el ferrocarril Sarmiento también fue convocado a indagatoria.

El juez determinó que deberán ser indagados los dos hombres que ocuparon el cargo de secretario de Transporte desde 2003 hasta días después del choque: Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. También fueron citados los responsables de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte Eduardo Sícaro, que está a cargo del ente en la actualidad y a Pedro Ochoa Romero, quien ocupó ese lugar siguiendo órdenes de Jaime. El subsecretario de Transporte Ferroviario Antonio Luna también tendrá que declarar ante Bonadio y ante el fiscal del caso Federico Delgado.

El presidente de TBA Carlo Ferrari y diez integrantes del directorio de esa empresa y de otros tantos de Cometrans, la controlante del Grupo Cirigliano, también pasarán por los Tribunales de Comodoro Py.
Varios integrantes del área operativa de TBA y del Ferrocarril Sarmiento deberán dar sus explicaciones ante la Justicia. Fueron citados también Sergio Tempone, gerente de operaciones de TBA, Roque Cirigliano, gerente de material rodante de TBA, Daniel Lodola, gerente de la línea Sarmiento, entre otros.

El único indagado hasta ahora en el expediente fue Marco Córdoba el maquinista que conducía la formación 16, tren 3772 el día del choque contra la estación de Once. Según fuentes judiciales, luego del resultado parcial del peritaje-que aún no terminó- más informes de la CNRT, las multas que se le aplicaron a TBA, y otra información que está en el expediente, el juez decidió poner fecha a las declaraciones. A partir de la inclusión de Jaime y Ochoa Romero entre los imputados, puede interpretarse que la falta de mantenimiento en la que incurrió TBA viene de largo y fue tolerada por los funcionarios que debían controlar al concesionario.