El proyecto fue elaborado por el diputado Rafael Gentili (Sumar I+D) e iba a ser presentado de forma independiente en la Legislatura. Pero, inesperadamente, la empresa estatal Sbase lo convocó para discutir los detalles del plan. De la reunión, que se llevó a cabo el viernes 14 de junio, también participó el propio Juan Pablo Piccardo, presidente de Sbase. La contrapropuesta del equipo técnico de la empresa mantuvo los puntos fundamentales del borrador inicial, pero con algunos cambios en los trayectos para hacer más sencilla la implementación.
La idea tiene varias etapas. En la primera, se extendería hasta Retiro, para combinar con la línea C de subte, y se agregaría otra vía en paralelo, para que los trenes puedan ir y venir a la vez, algo que hoy es imposible.
El trayecto tendría 3 mil metros distribuidos en seis estaciones, y se recorrería en 15 minutos, con una frecuencia de 6. Una de las paradas sería junto a la próxima estación de subte Padre Mujica, en la Villa 31. El precio quedaría unificado con el del subte.
El plan inicial incluía la compra de seis vehículos más para abastecer la nueva demanda, pero el Gobierno propuso subir la cantidad a ocho, que se agregarían a los dos en existencia. Cada tren, con capacidad para transportar a 420 personas, costará cerca de US$ 2 millones.
El Gobierno porteño declaró en las reuniones su intención de llevar a cabo la obra, y ahora deberá comenzar los estudios técnicos para determinar la factibilidad de cada trazado y sus costos. El análisis continuará hasta fin de año, y se calcula que las obras demandarían dos años más.
En una segunda fase, el trayecto se alargaría hasta Constitución, bordeando Parque Lezama por la avenida Brasil, para llegar hasta la terminal por Caseros. De esta manera, el Tranvía del Este se transformaría en el tercer medio masivo de transporte que una las dos estaciones de trasbordo más importantes de la Ciudad, junto con el subte C y el nuevo Metrobús de la 9 de Julio.
“El tranvía tiene una enorme ventaja para mejorar la movilidad: es versátil, se adapta a cualquier terreno; es masivo, transporta mucha gente en poco tiempo; es seguro, la velocidad se controla y frena de manera más inmediata que un colectivo; y tiene contaminación cero. Cualquier ciudad que se plantee como verde tiene que pensar el tranvía como una alternativa en superficie para los problemas de movilidad”, explica Gentili.
Se evalúa también conectar el recorrido con la línea B del subte. Pero esa tal vez sea la parte más compleja del plan porque implicaría construir un túnel peatonal para unir la estación Corrientes con la cabecera Leandro N. Alem. La idea de los técnicos del Gobierno es que ese paso quede abierto para quienes quieran cruzar a pie la avenida, aunque esto implicaría que los que combinen los dos medios de transporte deban pagar dos veces el boleto.
“Se van a analizar las distintas alternativas para evaluar qué es lo mejor para los vecinos y en base a eso tomar una decisión”, indicó Juan Pablo Piccardo, titular de Sbase.
La etapa final sería la más larga e incluiría llevarlo hasta Ciudad Universitaria. En un primer momento, la idea era aprovechar las vías del ferrocarril Belgrano Norte, que tienen la misma trocha que el tranvía. Pero Sbase lo descartó, porque implicaba una negociación con el Gobierno nacional que preveía difícil. Se optó, en cambio, por hacerlo pasar por Costanera Norte.
El tranvía fue inaugurado en julio de 2007. La idea original contemplaba la extensión hasta Retiro. Sin conexión con otro medio de transporte, llevó durante septiembre de 2012 -el último mes en que funcionó- sólo 7.546 pasajeros. La línea C del subte fue utilizada en el mismo período por 3.539.682 personas.
El subte, a $ 7,47. El Gobierno fijó ayer la “tarifa técnica” del subte en $ 7,47, según se publicó ayer en el Boletín Oficial.
Se trata del valor que Sbase evalúa que debería costar el pasaje si no recibiera ningún subsidio. Se calcula dividiendo el total de los gastos corrientes de 2012 (electricidad, sueldos y arreglos, entre otros) por la cantidad de boletos vendidos.
La determinación de ese precio no impacta directamente sobre el precio que tendrá el subte. El aumento planteado por el macrismo a $ 3,50 está aún frenado en la Justicia. Sin embargo, sirve como argumento para futuros incrementos y para el pedido de ampliación presupuestaria que logró aprobar el Gobierno el jueves para mantener el servicio.
Por la ley 4.472, con la que el Gobierno porteño asumió la administración del subte, Sbase debía presentar el cálculo dentro de los 180 días hábiles de tomar el servicio.
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