El mensaje de texto que recibió en su celular el conductor de la formación de la línea Belgrano Sur que el pasado 19 de agosto descarriló, chocó contra el paragolpes de la estación Buenos Aires y luego detuvo su marcha al incrustarse en un bar de la terminal decia “No le vas a decir a nadie k estabas durmiendo no seas boludo”. Ese SMS lleva a los investigadores a sospechar que el maquinista Walter Ezequiel Sucurro se quedó dormido. El mensaje se lo envió el guarda –también imputado– y Sucurro lo recibió apenas horas después del accidente, por el cual milagrosamente no hubo heridos ni víctimas, y poco antes de ser indagado por el juez federal Claudio Bonadío en los tribunales federales de Comodoro Py.
El celular fue encontrado entre las pertenencias que llevaba el motorman. En el buzón de entrada, el SMS reza: “no le vas a decir a nadie k estabas durmiendo no seas boludo solamente a miguel o a miguelo mirá k ak voy kon miguelo y m dijo eso vamos a morir con la nuestra”. Ante ello, entre los mensajes enviados figura aquel que responde, “ya lo sé y estoy tranquilo pero ojala no pierda el trabajo sino estoy muerto gracias x mandar msj”. El último mensaje que certificaron los investigadores enviado por Sucurro a las 19:41 de ese domingo fue en el que aclaraba a su novia: “no amor toy incomunicado pasa q el muchacho policía me deja mandarte msj”.
Otro de los mensajes encontrados en la casilla de enviados del celular de Sucurro fue aquel dirigido a su madre en el que la tranquilizaba por su estado de salud aunque temía por su futuro laboral: “toy muy vajon me quiero morir te juro no se como me paso encima creo que perdí el trabajo noc que voy a ser”.
Junto con el celular y otros objetos, quedó constancia que Sucurro tenía en su poder el Certificado de Idoneidad Profesional de Transporte Ferroviario a su nombre, el carnet de afiliado al gremio “La Fraternidad”, así como “tres vistos médicos de aptitud física” uno de fecha “30 abril de 2010 (limitado)”.
La aparición de ese mensaje provocaría un giro en la investigación en la que Sucurro y su acompañante, el coconductor Lucas Jara están imputados por el delito de estrago culposo, una figura penal que prevé entre seis meses y tres años de cárcel, en caso de no haber heridos ni víctimas, sino la pena tiene hasta cinco de máxima. Tanto Sucurro como Jara se negaron a declarar en la indagatoria ante el juez Claudio Bonadío, quien interviene en la causa junto con el fiscal federal Federico Delgado.
La teoría del accidente debido a un error humano también se vio corroborada por la declaración testimonial que prestó el guarda, quien viajaba en la parte trasera de esa formación compuesta por siete vagones. Según declaró, él fue quien accionó el freno de emergencia al notar que el tren hacía su ingreso al andén a una velocidad fuera de lo común, y si bien no logró detenerlo del todo sí pudo disminuir la gravedad del impacto. Además, se suma un peritaje preliminar realizado por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) que constató que los frenos de la formación funcionaron correctamente y que no había ningún desperfecto técnico.
Por el hecho no se lamentaron víctimas fatales aunque sí generó temor a raíz de los trágicos accidentes ferroviarios que le precedieron durante este año. Tal vez, el más recordado y trágico por haberse cobrado la vida de 51 personas, fue el del 22 de febrero pasado, en Once, a raíz que una formación de TBA colisionó contra freno hidráulico del andén.
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