El programa de obras por 800 millones de pesos para el ramal Sarmiento anunciado por el Ministerio del Interior y Transporte contempla desde la recuperación de 20 coches que hoy están parados hasta la reparación de los techos en los abandonados talleres de Castelar. Las inversiones buscan ofrecer un paliativo de corto plazo para el precario e inseguro servicio. Los recambios de vías permitirán a las refaccionadas formaciones aumentar su velocidad y la modernización del sistema de señalización agilizará la circulación. Las obras son consideradas por el equipo de Interior y Transporte como prioritarias y necesarias para garantizar la puesta a punto del ferrocarril.
Las inversiones no solucionarán el déficit estructural del sistema ferroviario metropolitano pero en el equipo del ministro Florencio Randazzo aseguran que mejorará la seguridad y calidad de los servicios gerenciados por la Unidad de Gestión Operativa compuesta por Ferrovías y Metrovías, de los grupos Emepa y Roggio. Esas empresas se hacen cargo de los ramales Sarmiento y Mitre desde que Trenes de Buenos Aires (TBA) fue desplazada a partir de la tragedia de Once donde murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas.
El listado de obras al que accedió Página/12 contemplan proyectos que estaban paralizados, recién iniciados o que ni siquiera habían comenzado así como obras nuevas. Las inversiones se agrupan en cinco grandes rubros: talleres y depósitos, material rodante, vías, señalamiento y estaciones:
- Material rodante: El 60 por ciento de los vagones serán intervenidos para reparaciones de distinto nivel de envergadura. Con los relevamientos realizados sobre el material rodante por la CNRT y el informe del interventor de TBA, Raúl Baridó, se determinó la necesidad de trabajar sobre un gran número de compresores, válvulas de freno y sistemas de abertura de puerta que no funcionan en condiciones óptimas. Asimismo, se decidió adquirir ejes y ruedas. El Sarmiento, precisó el ministro Randazzo, posee 197 vagones de los cuales 20 están fuera de servicio. Esos coches serán recuperados así como seis locomotoras. También se comprarán nuevos equipos de freno y de aire acondicionado, producidos por el grupo español Knorr Bremse.
- Talleres y depósitos: Las instalaciones de Castelar, Liniers, Villa Luro y Haedo serán reacondicionadas para poder volver a funcionar. Esos talleres estaban bajo la concesión de TBA pero fueron prácticamente dejados de lado, ya que el grueso de los trabajos fue redireccionado hacia Emfer, el taller del grupo Cirigliano. Los niveles de abandono que evidencian, requieren no sólo la incorporación de herramientas, la instalación de puentes grúa, malacates para mover los boogies o la iluminación de las fosas de trabajo, sino también refacciones elementales como la reparación de los techos, ventanas, cañerías, reacondicionamiento de vestuarios y comedor, instalaciones eléctricas, sistemas de seguridad, redes antiincendios y desagües, entre otros.
- Vías y señalamiento: Las obras contemplan el mejoramiento de las vías entre Once y Liniers. Según afirmó Randazzo, se renovarán 60 kilómetros de rieles y 43 cambios de vías. También se cambiarán vías en los servicios diésel a Lobos y Mercedes. Asimismo se avanzará con la cobertura del tercer riel del servicio eléctrico. En materia de señalamiento se concretarán reparaciones de 15 barreras, pondrán en valor 200 rieles de vías y 212 circuitos de vía –elementos que permiten detectar la presencia de un tren en un tramo de vía dado–. Se desmalezará la traza y se mejorarán las señales en estaciones, vías y pasos a nivel.
- Estaciones: Boleterías y baños serán reparados en distintas estaciones como así también techos y paredes. Además, se adecuarán vestuarios y sanitarios del personal. Se pondrán en valor casillas de guardabarrera.
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