El reciente accidente ferroviario ocurrido en Castelar confirma lo que a esta altura ya parece irrefutable: el servicio de trenes en la República Argentina continúa tan devastado como en el final de la década del 90, más allá de alguna política reciente de maquillaje, siendo sus pasajeros potenciales víctimas fatales en cada uno de sus viajes.
Los hechos así lo confirman: en sólo tres años, entre 2011 y 2013, ocurrieron en las vías de la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, tres accidentes fatales, con mayor o menor número de víctimas, pero con un mismo denominador común, la desidia y la falta de inversión.
El primero de ellos tuvo lugar en el paso nivel de la calle Artigas, en Flores, cuando pasadas las 6 de la mañana del 13 de septiembre de 2011 un colectivo cruzó con las barreras semi bajas y fue embestido por una formación de la línea Sarmiento que llegaba a la estación de ese barrio porteño, a la par que otro tren en sentido contrario también lo chocó. Por el accidente, hubo un total de 200 heridos y una de las once víctimas fue el chofer de la línea 92.
En la investigación a cargo del juez federal Julián Ercolini se determinó que la barrera no funcionaba bien cuando ocurrió el hecho. Pero además, el magistrado concluyó a raíz de testimonios y filmaciones de cámaras de seguridad que los banderilleros que debían estar presentes en su lugar de trabajo no lo estaban.
Tan sólo cinco meses después, el 22 de febrero de 2012, la tragedia ferroviaria más grave de la historia argentina significó la muerte de 51 personas y más de 703heridos, cuando un tren de la línea Sarmiento no pudo frenar su marcha y dio contra el sistema de paragolpes de la estación de Once.
La respuesta del gobierno nacional, tanto desde lo discursivo como desde los hechos, indignó a los familiares de las víctimas, que al día 22 de cada mes recuerdan a sus muertos con un acto homenaje en el lugar del accidente, donde reclaman justicia y acciones claras de parte de las autoridades para evitar otro caso similar.
El mismo día del accidente, el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, brindó un informe a la prensa en el que intentó justificar la falla al sostener que la formación venía con una alta carga de pasajeros, dado que se trataba de un día laboral y en horario pico:"Si esto hubiera ocurrido ayer, que era un día feriado, seguramente ese coche hubiera impactado y hubiera sido una cosa mucho menor y no de la gravedad que fue hoy, que lo constituyó en un accidente extremísimo (sic)".
Esta mañana, habiendo pasado un año y cuatro meses de lo ocurrido en Once, la Policía confirmó que al menos tres personas murieron por un choque de trenes a metros de la estación Castelar, en el oeste del Gran Buenos Aires, y que otras 190 sufrieron heridas, seis de ellas de gravedad.
Hace exactamente un año atrás, el Ejecutivo Nacional creó, mediante el Decreto 874, el Ministerio del Interior y Transporte, quitándole el manejo del área al ministro de Planificación, Julio de Vido. Lo anunció la presidenta Cristina Fernández de Kirchnermediante la cadena nacional. Y ratificó la continuidad de Florencio Randazzo a cargo de la cartera y a Alejandro Ramos en la secretaría de Transporte.
A principios de 2013, el gobierno lanzó el Programa de Mejoramiento de Infraestructura Ferroviaria, que contempla la creación de 44 pasos bajo y sobre nivel en el marco de “un proceso de puesta en valor del sistema ferroviario argentino”, según explicó Randazzo.
El ministro aseguró entonces que las renovaciones empezarían a notarse "en los próximos meses". Y prometió una "verdadera revolución" para el sistema ferroviario, que evidentemente, todavía no llegó.
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