jueves, 30 de mayo de 2013

A 54 AÑOS DE SU DESAPARICION FISICA NUESTRO HOMENAJE A UN INSPIRADOR DEL SISTEMA FERROVIARIO EN ARGENTINA


Raúl Scalabrini Ortiz

(Corrientes, 1898 - Buenos Aires, 1959) Ensayista argentino, autor de un conocido análisis de la idiosincrasia de las clases medias argentinas (El hombre que está solo y espera, 1931) y de destacados estudios sobre la situación económica y social de su país. Estudió ciencias exactas en la Universidad de Buenos Aires. Durante su juventud militó en un grupo de ideología marxista y viajó por el interior argentino por razones de trabajo. Ello le permitió conocer de primera mano la realidad económica y social más allá de la capital. Por esos años fue discípulo de Macedonio Fernández, colaboró en la revista Martín Fierro y publicó los cuentos de La manga (1923).




Raúl Scalabrini Ortiz




Su obra más conocida, El hombre que está solo y espera (1931), es un conjunto de pensamientos y observaciones sobre el arquetipo de la clase media porteña, de la que efectuó un controvertido retrato resumido en el título; fue escrito en el contexto de la crisis mundial de 1929, de la que un país de las características de Argentina, en su opinión, podía beneficiarse ampliamente. El libro despertó durante años tanto interés como polémica.

En 1933 emigró a Francia por razones políticas y comenzó a tener una más acabada noción del papel que desempeñaba Inglaterra en la economía argentina; en Alemania, poco después, escribió artículos sobre el colonialismo y la cuestión nacional. Regresó a Argentina en 1935, colaboró en el diarioSeñales y militó en las filas de Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA), en cuyo órgano de prensa denunció diversos negociados, particularmente los relacionados con el ferrocarril.

Raúl Scalabrini publicó en esos años Política británica en el Río de la Plata (1936), Los ferrocarriles, factor principal de la independencia nacional (1937), Historia de los ferrocarriles argentinos (1940) y Los ferrocarriles deben ser del pueblo argentino (1947). Conoció además al que en breve sería presidente del país, Juan Domingo Perón, al que sugirió la nacionalización de las líneas férreas y le dio a conocer sus trabajos, pero no aceptó cargos públicos. Tras la caída de Perón continuó defendiendo sus ideas desde las páginas de las publicaciones El Líder, De Frente, El Federalista y Qué.

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