lunes, 6 de mayo de 2013

EN MENDOZA HAY POCAS BOCAS PARA CARGAR LA TARJETA DEL METROTRANVIAS



A un año de su inauguración, los usuarios elogian su rapidez y puntualidad pero reclaman puestos para cargar crédito cerca de las paradas. Es el transporte que más trasbordos registra en comparación a los colectivos.
Hace un año el Metrotranvía recorría sus primeros kilómetros con pasajeros. Este medio se incorporó de a poco en la vida cotidiana de los mendocinos. Sin embargo hay una queja recurrente: la falta de bocas de recarga cerca de las paradas de la formación. Es un problema ya denunciado en el transporte público en general pero tiene más peso en el Metrotranvía porque es la única forma de pago, informó Los Andes.

Esta queja se suma a otras más conocidas por todos, como es la imprudencia de varios automovilistas que cruzan en rojo las vías al momento que pasa la dupla. Además, algunos sugieren que deben funcionar los megáfonos en todos los paradores para estar informados si, por algún motivo, el tren tuvo que interrumpir o demorar su paso.
"Hace un mes estuve esperando cerca de una hora el tren y no sabía que se había interrumpido el servicio por un accidente que hubo en uno de los paradores", señaló Nadya, una usuaria, a Los Andes. "Creo que se deberían colocar más paradas ya que algunas están muy distanciadas y además se debería mejorar la seguridad en algunas", explicó. Más allá de estos puntos hay una aceptación generalizada en los pasajeros que eligen este medio por la posibilidad de combinarlo con los colectivos, por la rapidez del viaje y la puntualidad de las frecuencias.

Y ahora, ¿dónde cargo?

Para constatar la dificultad para acceder al pago del viaje sólo basta con hablar con algún pasajero asiduo que use el medio de transporte. Es por eso que, con Red Bus en mano, Los Andes se subió a una de las unidades y realizó todo el recorrido, desde el Centro hasta Gutiérrez, Maipú, en menos de media hora. Allí, muchos usuarios coincidieron en señalar que fuera del microcentro se les dificulta encontrar comercios que carguen Red Bus. El problema no termina acá, ya que en el interior del tranvía las máquinas sólo marcan tarjeta y no reciben monedas.

Raquel, una pasajera que esperaba en el parador de Belgrano y Pedro Molina, compartió su experiencia: "Hace unos días me encontré con unos turistas que querían pasear pero que no habían conseguido dónde comprar una tarjeta. Les pagué su pasaje como una forma de tener una atención con ellos, pero de todas maneras no les solucioné nada ya que no sabían si iban a encontrar algún lugar de venta en Maipú".
Algo similar le ocurrió a Marisa que subió por primera vez a este transporte con monedas en mano y se encontró con la sorpresa de que no hay ranuras para este medio de pago. Ante la imposibilidad, pudo marcar con la tarjeta de una pasajera que le ofreció su abono a cambio del dinero.
El problema de recarga es ajeno al funcionamiento del Metrotranvía y radica en que la empresa encargada de distribuir las bocas de expendio limita los puntos de carga y los comercios deben licitar para poder tener una. Saliendo del microcentro y entrando a las zonas residenciales la dificultad se agudiza.
Un ejemplo es Gutiérrez, lugar donde termina el recorrido, allí sólo un negocio brinda el servicio en todo el distrito: "La gente viene a veces desesperada buscando un lugar donde cargar ya que el otro punto de recarga está en Luzuriaga, a un kilómetro de distancia", indica Gastón Danitz, dueño del minimarket que está a 3 cuadras del parador. "A veces da pena ver a los viejitos que caminan mucho buscando el servicio", agrega.
Uno de los problemas que se planteó en un principio fue las demoras entre los servicios y en el recorrido. Las vías atraviesan parte del Centro por lo que debe ponerse de acuerdo con la gran afluencia de tránsito que cruza las vías. "Hace un año el trayecto entre las dos terminales demoraba 45 minutos. A partir de ajustar los semáforos y regular la fluidez del tránsito, bajamos a 27 minutos", comparó Francisco Losada, director de la Empresa Provincial de Transporte de Mendoza (EPTM) y agregó: "En promedio el servicio tiene una frecuencia de 18 minutos”. Nadya opinó en torno al tema: "Viajo todos los días en Metrotranvía y puedo decir que es un servicio que funciona perfectamente. Las frecuencias pasan puntualmente y no demoro nada en llegar hasta mi destino: todos los días soy la primera en llegar a la oficina".

Otro punto a favor es la posibilidad de combinar este medio con otros colectivos: "El Metrotranvía es el que más uso del trasbordo registra. En total, el 18 por ciento de los pasajeros combinan con otra línea mientras que en colectivo lo hace el 15 por ciento", indicó Gustavo Pastor, director de Planificación de la Secretaría de Transporte, y agregó: "La gente usa el tranvía no porque los deje en la puerta del trabajo o su casa, sino porque es un medio que los acerca a distintos puntos en un tiempo relativamente corto".

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