por Ricardo Escudero Viñas | Una de las atracciones turísticas que se ha convertido en un icono de la ciudad de Lisboa son sus antiguos tranvías o “elétricos” amarillos. Durante todo el año rumorean las suaves colinas de la ciudad con su melodía de chirriar de rieles y con su característica campanada. Circulan casi siempre abarrotados con una exótica combinación de pasajeros; los tradicionales vecinos de la tranquila Lisboa y turistas de todos los rincones del planeta.
Para que esta operativa fuera posible los antiguos tranvías fueron modernizados por la empresa Carris de Lisboa manteniéndose su aspecto original. La mayor parte de la flota que hoy en día circula está compuesta por unidades de antes de 1950 a las cuales se les ha incorporado, en 1995, moderna tracción (Škoda / ALS 2480 LN), frenos (knorr-bremse) y captación de energía dual: por el tradicional “trolley” o vara y por medio de pantógrafo. Estas mejoras le permiten al tradicional tranvía amarillo de Lisboa unas prestaciones de seguridad, arranque y frenado compatibles con los estándares actuales.
Subterráneos de Buenos Aires podía transformar las nobles unidades “La Brugeoise” y algunas estaciones de la línea A, en una nueva atracción turística para la ciudad, a la par quizás, de la calle Caminito, el Café Tortoni o la Avenida Corrientes.
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