Hoy, como era de prever, se advierte un faltante de aproximadamente 30.000 litros de combustible. No perdido, ni malgastado, ni mal registrado. Se trata de robos subrepticios pero reiterados que, paulatinamente, alcanzaron semejante volumen de pérdida.
A.L.L., como es costumbre, en lugar de disponer una investigación exhaustiva que derive en la detección de los responsables ideológicos y materiales de dicho ilícito, se limita a contratar la instalación y mantenimiento de cámaras de video de seguridad. Y, para coronar semejante disparate, lo adereza con el hecho lamentable de instalarlas en los lugares menos provechosos pero más lesivos contra el derecho de privacidad de un cualquier trabajador que detente un mínimo grado de dignidad personal.
Esta contratación, cuyos pormenores relacionados con la debida norma de licitación y presupuesto de obras y costos empresarios nunca conoceremos; sumada al contrato de las empresas de vigilancia a lo largo de la línea, constituye una enorme red de tercerización que no sólo contradice a la tendencia del Estado nacional con respecto a las condiciones contractuales de trabajo en el país, sino que constituye un nuevo negociado, espurio, anacrónico y, por supuesto, absolutamente inútil con respecto al robo que nos ocupa; y a cualquier otro atentado contra los bienes del ferrocarril, los cuales, como todos bien sabemos, continúan perteneciendo al Estado nacional y a todos los ciudadanos argentinos.
Las autoridades argentinas de A.L.L. se atribuyen la posibilidad de levantar el teléfono para hacerle requerimientos al gremio.
Acaso se olvidan de que fue el propio sindicato quien alejó a sus trabajadores de las funciones relacionadas con el combustible?
Puede en sus mentes tan particulares haber desaparecido el apoyo notablemente responsable que demostró la Unión Ferroviaria en los peores momentos que atravesó la compañía (momentos casi todos generados por la propia inoperancia y por la incurable corrupción que aqueja a ésta concesión prácticamente desde sus inicios)?
Pretende A.L.L. continuar burlándose de la actitud comprometida del gremio y de sus trabajadores, todos encolumnados tras el ideal de protección del ferrocarril como recurso socioeconómico vital para toda la Nación, intentando atribuirles responsabilidad en este asunto?
Todo comentario huelga.
La Unión Ferroviaria previó esta situación y supo poner en resguardo a sus trabajadores, no sin antes advertir a la empresa sobre éste y otras operaciones fraudulentas que exponían la estructura financiera y operativa de la concesionaria.
Fueron los trabajadores quienes interpusieron su voz cuando la estrategia y las decisiones de la empresa eran contraindicadas con respecto a la salud física y financiera del ferrocarril Urquiza. Fueron los obreros y su gremio histórico (la Unión Ferroviaria), quienes ante imponderables como el cierre del complejo Zárate-Brazo Largo en 1996 y el anegamiento de las vías en Misiones por el recrecimiento del embalse Yacyretá en 2011, delegaron sus propios menesteres personales, y hasta la irrenunciables necesidades de sus familias, con tal de proteger la continuidad del negocio que significaba su única fuente de ingresos.
No es a ellos a quien tiene que acudir A.L.L., sino a su propia conciencia empresaria; y dirigir su mirada más implacable hacia el revoltijo intestino del cual padece hace varios años en su sucursal argentina; el cual la ha llevado a un estado terminal de cosas.
Sólo entonces podremos sospechar una solución. Aunque, atentos a los antecedentes de décadas y décadas de inanición, nos permitimos desconfiar de su triste poder de reacción acostumbrado.
Nunca nos escucharon. No nos hablen ahora que ya no hay papas que se puedan quemar.Fuente. Unión Ferroviaria Línea Urquiza Sitio Oficial
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