viernes, 24 de septiembre de 2010

NUESTRO HOMENAJE A RUCCI

José Ignacio Rucci Nació el 15 de mayo de 1924 en la localidad de Alcorta, provincia de Santa Fe en un puesto de la estancia “La Esperanza”. De orígenes muy humildes, su primer trabajo, siendo apenas adolescente, fue el de domador de caballos. Abandonando su ámbito rural, vino a tentar el destino a la Capital Federal, como tantos otros en esos tiempos. Desde muy joven se destacaba en él un espíritu lleno de inquietudes y una aguda inteligencia Sus comienzos como metalúrgico Consigue trabajo en la fábrica de cocinas “Catita”, muy populares en aquella época, lo que lo lleva a convertirse en un trabajador metalúrgico, empezando bien desde abajo, comenzando barriendo el taller para luego gracias a su constancia y capacidad ir adquiriendo conocimientos para realizar tareas más técnicas, pero siempre con el orgullo de ser obrero. Aún después de conseguir ser electo delegado. Su pequeña figura se fue agigantando cobrando gran relevancia en su gestión de delegado, que lo lleva a ser Secretario de Prensa de la Unión Obrera Metalúrgica cuando era encabezada por Augusto Timoteo Vandor Secretario General de la CGT Se destacó también por su eficaz gestión como interventor nombrado por el gremio de la seccional de San Nicolás a mediados de los años 60, trascendiendo aún más su prestigio como sindicalista de primera línea. En Julio de 1970 siendo un modelo a seguir tanto como sindicalista, como ser humano, compañero leal, humilde y valiente como pocos, el Congreso Confederal, lo designa Secretario General de la CGT, y electo nuevamente en el cargo en 1972. Su lucha fue constante, testimonio de ello fue que literalmente vivía en su despacho de la sede de la calle Azopardo. El retorno del General Perón No hay dudas que José Ignacio Rucci fue una pieza clave en el retorno del General Perón a nuestra patria y su posterior tercera presidencia. Queda como un ícono de la memoria popular aquél lluvioso pero glorioso día, aquella imagen de Rucci llevando del brazo a Perón y sosteniendo en alto un paraguas para guarecerse ambos de la lluvia. El Cobarde crimen El 23 de Septiembre de 1973, pocos días antes de ver a Perón asumir por tercera vez la presidencia, los argentinos nos enteramos que habían asesinado a Rucci. De a poco se fueron conociendo los detalles del vil asesinato. Fue poco después del mediodía, cuando Rucci y un grupo de dirigentes sindicales abandonaban una reunión en una vivienda prestada en la calle Avellaneda al 2900. Todo indica que hubo una cuidada planificación, una cuidada logística, armas sofisticadas y un ensañamiento y sangre fría que hace pensar en un grupo muy profesional, ligado a intereses poderosos Rucci recibió innumerables heridas, casi todas mortales, y de diferentes calibres. Uno de sus choferes logró sobrevivir, pese a recibir 7 disparos José Ignacio Rucci se había casado con Nélida Blanca Vaglio y tuvo dos hijos: Aníbal y Claudia que apenas tenían 14 y 9 años cuando asesinaron a su padre. La muerte de Rucci, a los 49 años de edad, hizo decir al General Perón en el velatorio: -“Me han cortado las patas…”

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